¡Qué manera de matarme! Una y otra vez como Atkins, sin culpa y con orgullo.
Matame definitivamente con tus palabras-nada, con tu escuchar tan sordo… sos un salvaje de utilería, un monstruo de pet shop en Sunset Boulevard.
Matame con tu sexo, con la lujuria alevosa de los prisioneros abstemios, poseído y mío.
Matame con ganas y de una sola vez, sin reparos, con tu lengua afilada y tus manos empapadas en deseo.
Matame sin la ropa que tanto nos estorba y el calor que cala el sitio cuando nos acercamos.
Matame a ojos de tigre y piel de león, con tu figura perfecta y contorno intocable, silueta atomizada de suspiros que arrancas en tu andar.
Matame que si vivo te buscaré siempre.
Hombre clown, chico in-out, mega size de arrogancia.
Decrépita mirada eléctrica aun, matame.
Matame vos a mí, o yo te mataré primero.
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