Ese día se humedeció el interior de cada piedra y los sapos bailaron flamenco.
Tus pies se mezclaron con arena. El Sol te encandiló. Siempre vos, sereno, agitado y vivo: idea.
Sos y no sos: todo a destiempos, a contramano, todo a medias.
Desde las rocas; sos la libertad, el aire fresco y la pureza.
Desde lejos, desde mi caleidoscopio erótico - amoroso, inerte. Sos cuerpo. Cuerpo bronceado, ojos de luz, hierba y estrellas: sos deseo.
Aquí en la playa, hoy ya no sos lo que eras.
Te creía espíritu: sos materia. Te creía viento: vos sos tierra. Te creía espontáneo: sos rutina. Yo siempre te vi correr en la costa, mientras vos te arrastras en tu celda.
Y aunque suene melancólico, hombre idea, hoy me alegra saber que sos nada, que sólo has sido lo que yo quería que seas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario