Me estoy viendo en los ojos de ellos. Ellos, los que caminan lento, los que huelen mal, los zaparrastrosos. Me veo en los ojos de aquellos que ya no ven.
Imagino su abrazo, sus historias, los deseos que dejaron en y por estas calles. Imagino el tono de su voz. Quiero ser su manta, su abrazo, su techo, su pan.
Y acá soy yo simplemente, yo la que nada hace. Yo la que sigue de largo. Yo la que tira monedas. Yo la que llego a mi casa, yo la que saco de la comida de la heladera, yo la que le doy un golpe de microondas, yo la que tiro las sobras.
Acá soy yo en esta noche fría. La leña arde en la estufa y están prendidas las luces de la cocina, el comedor y la sala.
Yo acá soy yo y el mundo me pesa. Me veo en el espejo y me veo en los ojos de ellos. Y me lloran los ojos de ellos.
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