domingo, 12 de junio de 2011

Adoquines

Así, de golpe, rapidito, veo que entre vos y yo hay un hilo que no puedo cortar.  Te veo en mí y en todas partes, en las paredes, en lo que se estira y en lo que se mueve.

Yo te amo o no. Somos amigos o no. Cómplice de tus andanzas, quiero andar tus caminos; esos que te pesan y te duelen, y los que te enorgullecen. Los adoquines de la gloria que te constituye. Bajo tu techo, tu brillo será mío también. Y así podré respirarte un poco más.

Te miro y tiemblo. Río y me sonrojo. Juntos, en ese instante, somos felices. Pero en tu sonrisa quebrada, puedo sufrir tus heridas.  Y sufriendo tu dolor, sé que te sentís un poquito más liviano. Por eso si estoy cerca te movés más rápido.

¡Es increíble que nos demos las manos y el mundo siga girando!

Y sin querer, sin querernos, a cada rato nos estamos amando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario