¡Tanto que digo que hablo de amor y no sé contarte lo que siento!
Y te miro tanto esperando que me descifres, que me adivines
Tanto te tengo cerca que desperdicio tu presencia nerviosa
que me descoloca y trasiega tanto
Y vos, exento de sensaciones, te extiendes para estremecerme tanto
para darme tanta baratija y tanto oropel
Entonces me doy cuenta que no vales la pena, llego hasta la colilla, tiro el pucho y me voy.
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