Hay gotas de vida en la frigidez de tu sombra extraña. Tu luz yace en mi cama mientras tu cuerpo, rebelde, va y viene desde todos los lados del mundo.
Expresivo y en tintas fuertes caes desde otro tiempo: el tiempo de las sonrisas infinitas y el reloj que atrasa.
Ahí, perfecto, miras a la cámara. Gesticulas y posas. Flash. Me gustás.
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