Pucho y café. Calor, tu calor. Tenés que entender de una buena vez que yo soy de esas oportunidades que hay que aprovechar; porque me aburro fácilmente y nunca me quedo. El aburrimiento es el pecado del siglo XXI.
No te preocupes, tampoco te pienso dejar (de la misma forma que vos no me dejarás a mí) He logrado vivir - a fuerza de líos y malentendidos - una vida sin abandonos, sin comienzos ni finales. Todas mis historias se entrelazan con otras, formando una sola historia que deriva - lógicamente - en eso que yo he dado a llamar "mi vida"
El café se enfría - siempre se enfría ¿verdad? Es como si siempre hablásemos demasiado, o como que si el mozo siempre llegase tarde y de mala gana. Pero como sabemos que es una situación que se repetirá varias veces en el futuro, tengo bajo la manga muchos temas para tocar cuando nos juntemos al fin, así, a la cara de verdad.
Otro pucho (es impresionante lo que fumo, sobre todo teniendo en cuenta que de hecho, yo no fumo) Te miro y desde este lado de la mesa sos más lindo y estás más lleno de cosas que siempre me han gustado. Has sabido cómo ser cinco estrellas, he de admitir.
Me enternece que te escondas tanto. Por ahora. De a momentos me molesta y a veces me entristece. No me siento responsable de lo que pudiste haber interpretado; eso es cosa tuya. Y otro pucho ¡otro más!
De todas formas, es un mérito que logres mantenerme interesada. Incluso habiéndotelas arreglado para que te pierda el respeto, así, completamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario