Mi gato me mira y mi perra también. Estoy tan agotada. Y yo soy quién me agotó. Y eso que odio de mí siempre será lo que me hace amarme.
A veces hasta me tengo miedo: los buenos modales están tan sobrevalorados...
Hoy todo está borroso: la mañana, el café, el planeta, el tango, la publicidad y el monitor.
El mundo quiere descansar en mis hombros cuando yo sólo pienso en una buena siesta
Risas, llanto, rímel corrido y algo de delineador en la mejilla.
Y aunque lo rechazo, es así como lo prefiero. Así, rendida.
Muy nietzscheano, si así rendida estás a gusto es practicamente embriagante la situación, no hay ni cambio, ni necesidad de cambio, no hay otro camino que no sea ese sufrimiento para tu valoración de una vida bien vivida.Clarísimo.
ResponderEliminar