Absurdo el amor que coquetea y no avanza. Cobarde porque se excusa.
¿Qué me queda en las manos? ¿Qué? ¿A quién huele mi piel?
Tu adiós aun no dicho pero amenazante; lo no dicho que se quiere decir.
Mi boca se reseca ante tu existencia; y el cruel tic tac te atrae tanto como te ahuyenta.
Mi torpeza, mi ingenuidad, mi insensatez de quererte hasta los huesos, hasta un allá no definido.
¿Quiénes somos, sino los de antes? ¿Quiénes somos hoy vos y yo?
Los cuerpos desnudos con lanzas y escudos ¿dónde se ha visto?
Vos congelando mi espíritu todo, sin siquiera conmoverte
¡Amarnos como antes, como nunca, como siempre!
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