Soy calandria de tu jaula, no jaula para tus alas
Soy el viento que te impulsa y no aquel que te frena
Soy la musa de un poeta analfabeto y mudo
Caminante del camino que me conduzca a tu boca
o me mate en tu indiferente Roma.
Triste y adormecida imito la serenidad de la Muerte
que grita cada vez que calla tu esencia o se refleja en tus ojos
La miseria eterna de amarte todavía y amarte sin embargo
Haciéndole el amor a un vos con otro nombre y otro cuerpo
pero haciéndote el amor a vos.
El atropello de tu mirada y la infamia de tus manos
que me anestesian y me queman desde lejos
no tienen perdón, piedad ni miramientos
y confunden y mezclan mi amor con torpeza
o con eso que a vos tanto te conviene que sea.
Pero sangras cada vez que hurgas en mis heridas
y lloras en cada cementerio en el que me sepultas
porque sabes que tus labios son labios con los míos
que con ella, no son más que cristales rotos
aunque el estertor sea el mío en cada beso que le das
y aunque con cada caricia sea mi vida la que arrancas
y tuya la muerte mía.
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