domingo, 11 de septiembre de 2011

sábado, 10 de septiembre de 2011

Tergiversación

No es el lobo más inteligente por agazaparse; sino nosotros más estúpidos por no saber ver.

martes, 6 de septiembre de 2011

Conversación I

- Vos querías amarme sin creer en el amor.
- Yo también tenía todo que perder.
- Pero vos querías amarme...
- Yo quería ser alguien y no lo logré

Tango

Sigo bailando tu tango.

Imperdonables

Decirte adiós a vos o a tu mundo no pesa ni hiere.  Tu boca que posa en mi copa no me seduce ni cautiva.

Pero que tu mirada me enmudezca (aún, sí, aún), que tu presencia me inquiete y agite; que tu ausencia me desgarre... eso no me lo perdono.

Que te llore como si de hecho hubiese un recuerdo, un día, un beso o un abrazo no me angustia; es pretender que debo dejarte ir cuando nunca estuviste lo que me amarga.

Desde que me percaté que ya no estabas, mi mundo es de hielo, mi mundo es pequeño, sin noches de juerga ni días de playa.

Pero que respires y rías esperando una palabra más u otro intento de mi parte; que gesticules rogando mantos de piedad a un enero sin verano... eso no te lo perdono.

lunes, 5 de septiembre de 2011

De finales

No me preocupa ni me duele que todo tenga final, que nada sea para siempre. En la finitud de todo reside, justamente, lo mejor de la vida.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Respeto

Pucho y café. Calor, tu calor. Tenés que entender de una buena vez que yo soy de esas oportunidades que hay que aprovechar; porque me aburro fácilmente y nunca me quedo. El aburrimiento es el pecado del siglo XXI.

No te preocupes, tampoco te pienso dejar (de la misma forma que vos no me dejarás a mí) He logrado vivir - a fuerza de líos y malentendidos - una vida sin abandonos, sin comienzos ni finales. Todas mis historias se entrelazan con otras, formando una sola historia que deriva - lógicamente - en eso que yo he dado a llamar "mi vida"

El café se enfría - siempre se enfría ¿verdad? Es como si siempre hablásemos demasiado, o como que si el mozo siempre llegase tarde y de mala gana. Pero como sabemos que es una situación que se repetirá varias veces en el futuro, tengo bajo la manga muchos temas para tocar cuando nos juntemos al fin, así, a la cara de verdad.

Otro pucho (es impresionante lo que fumo, sobre todo teniendo en cuenta que de hecho, yo no fumo) Te miro y desde este lado de la mesa sos más lindo y estás más lleno de cosas que siempre me han gustado. Has sabido cómo ser cinco estrellas, he de admitir.

Me enternece que te escondas tanto. Por ahora. De a momentos me molesta y a veces me entristece. No me siento responsable de lo que pudiste haber interpretado; eso es cosa tuya.  Y otro pucho ¡otro más!

De todas formas, es un mérito que logres mantenerme interesada. Incluso habiéndotelas arreglado para que te pierda el respeto, así, completamente.


Síntoma

Envidia. Es así como empezamos a morir. 

Mentiras

Te he mentido de la misma manera que le he mentido a todo el mundo, pero venga que eso no me hace una mentirosa. Has de entender que todas mis mentiras tienen algo de verdad.

Dolores

Para sentir tu dolor no necesito mirarte, me basta con observar tu sombra desdichada y lenta.  Pero no te pedí que sufrieras, sufrís porque querés.

Y tu nombre, tu nombre no tiene vocales y me hace derramar lágrimas sin ganas de llorar (la mayor parte del tiempo) ... aunque jamás me pediste que sufriera (sería tan fácil si fueses culpable de algo); supongo que yo también sufro porque quiero.


Foto familiar

Uno de estos días te vas a despertar (porque tarde o temprano, todo el mundo se despierta) y empapado en tu rutina te darás cuenta de que hay al menos cinco cosas que hubieses querido hacer y dejaste pasar de largo.  No hablo de aquello para lo que jamás tuviste siquiera una oportunidad; me refiero a situaciones reales que desperdiciaste, confiado en que la vida te es sumisa y siempre te responde con la cabeza baja.

A tu lado estará tu mujer - esposa, novia o concubina; en realidad nunca te importó - que te esperará al final de ese día con una cena improvisada, simple e insulsa. Aquí es importante que sepas que las mujeres cocinamos a nuestra imagen y semejanza; algo en lo que nunca reparaste realmente.

Pero ella siempre estuvo allí, bella. Internada en el gimnasio en tu honor. Asidua a la peluquería - sabe que la competencia es mucha (y digna) - te preguntará si no notás nada nuevo. Y vos dirás que sí, tragando fideos sin salsa, enmantecados en demasía, y habrás adivinado y ella sonreirá y harán el amor esa noche y jugarán a ser felices.
Pero como es de esperar (y ésto lo sabes vos mejor que yo) en cuestión de días te increpará porque no llegaste en hora; y cuando llegaste, llegaste sudando whisky, y te interrogará acerca de la morochita esa que trabaja con vos, o la pelirroja que miraste en el supermercado (la saludaste disimulando) o por esas llamadas que pretendes no escuchar a las diez de la noche.

Y no, claro que no serás feliz. Porque tus amantes no son una oportunidad en sí, son un escape. Oportunidad fueron aquellas que dejaste ir; aquellas a las que no te acercaste por miedo a enamorarte, aquellas que descartaste de forma cobarde y pacata.

Intentarás dejarla una y otra vez; pensarás seriamente en hacerlo al menos cada diez días pero ¿qué pasará después? ¿cómo se supone que un hombre recorre tanto mundo solo, así, sin culpas en la mochila, sin nada que simular, sin mentiras que nadie crea? ¡Es imposible! No hay hombre que pueda con eso, no a tu edad. Es así que decidirás quedarte ahí, con ella. En el peor de los casos a vos sólo te beneficia su falta de amor propio, es (y lo sabes) lo que la ha hecho arrastrarse por vos todos estos años.

Resignado, te quedas ahí. Afuera todo es desconocido, nuevo y seguramente, peligroso. Discutirán el sistema de calificación del colegio al que mandan a los chicos y luego dormirán, otra vez y nuevamente, para siempre.

Y así, moebius infinito. Pero vos sabés que hubo al menos cinco cosas que deseaste hacer y no hiciste, que puede que a tu edad ya sea demasiado tarde y que no llevaste la vida que querías llevar.

Y se te partirá el alma, sufrirás.  Pero nadie puede negarlo: quedan bellísimos en la foto familiar.

Los males

Estoy yo y el calentamiento global, la inseguridad, la imputabilidad, el hambre y la pobreza extrema.

Estamos todos: la corrupción, la contaminación, el analfabetismo, la mafia, las dictaduras y los abusos a los derechos humanos.

Está la ambición, la ignorancia y el fanatismo.

¿Futuro? En el futuro todos estamos muertos.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Semejanzas

Si dos cosas son semejantes a una tercera, y todas las cosas son semejantes entre sí... Si en realidad todo es así de predecible; entonces dejaré de mirar las estrellas. Y de pintarme las uñas de los pies.



Mercado

Lo cierto es que somos comerciales desde el momento  en que nos conocen más de cien personas. 

Como vos y yo

Yo, como vos, también tengo retazos de pasado que intento olvidar.

También hay un lugar al que evito ir y existe una persona, también para mí, a la que prefiero no mirar a los ojos.

Hubo alguien que me hizo sufrir y hay alguien que me provoca carcajadas.

Yo también tuve una razón para morir pero pensé en todas aquellas por las que valía la pena seguir viviendo.

También lloro en los momentos menos pensados, y sí, yo también hablo sola.

Y también me pasa que a veces no sé si soy feliz.

Pero yo, mi amigo, yo no soy cobarde.

Caras & Caretas

Como todos, yo también tengo un deseo inconfesable: quiero tener una cara, para ya no usar caretas

Un día

Decidimos ser pobres y tomar todo prestado, hasta el oxígeno. Nunca supimos cómo pagar o devolver nada. Ignoramos la propiedad y el consumo.  Nada nos cautivaba lo suficiente como para anhelar ser propietarios.

Sin pronombres posesivos, todos nos gastábamos los labios y la vida se nos iba en volutas eternas de palabras dulces, rosas y redondeadas.

Estábamos en todos los puntos cardinales, en cenit y nadir. Comíamos vida y escupíamos en la cara del dolor y el egoísmo.

Sucedió que un día te conocí. Un día me enamoré de ti. Y te quise mío. Quise ahogarte en mi corriente; esa que descubría mientras me perdía en tu pecho agitado.  Tu magia se clavó en mi vientre  y me abrí pura e ingenua.

Nosotros éramos buenas personas, pero un día yo me enamoré de ti.


Caminando

No se necesita ningún talento especial para ganar; es decir, ganar es relativamente fácil. Cualquiera puede estar en una situación grata y cómoda. 
La derrota, sin embargo, no es para cualquiera.  No todos al perder siguen caminando con gracia, elegancia y determinación. A la mayoría los encoge al punto de hacerlos caminar cojos y avergonzados.

Hola

Me está cansando decirte "hola" sólo para luego decirte "adiós". No es que evite la despedida, es que creo que ya no vales el saludo inicial.

Claridad

"El tiempo da claridad"


Me dijo una amiga que lo dije estando yo realmente borracha. No recuerdo haberlo dicho, pero definitivamente suena mío

viernes, 2 de septiembre de 2011

Olvidándolo al final

A veces uno toma decisiones, otras veces, las decisiones te ahorcan y te toman a vos.  Éstos son extractos de un proceso mental actual y real; el intento de olvido sin éxito, ni gloria, ni segunda oportunidad.

Hay algo en él que me cautiva y no me deja ir; y no estoy muy segura siquiera de querer irme. Lo cierto es que no me despego de ese primer viernes en el que noté que sus ojos promocionaban un espacio finito y circense, que patrocina todos sus movimientos y verbos y muecas.

Somos todavía como niños, y quizá sea más fácil de adultos; cuando uno tiene las cosas claras y distingue un sí de un no, una llamada del silencio o una partida de una llegada. 

No pude haber malinterpretado sus señales ¿o si? No sé hoy decir a ciencia cierta qué fue real y qué no; y si su aliento sólo forma parte de un anecdotario ridículo pues ya no quisiera hablar de nada, ni raptarme en la palabra injusta que me condena y me separa de mis ganas más obvias y evidentes.

Y acá lo tengo presente, en blanco y en negro y en todos los colores; en marquesinas y neones. Y no puedo evitar llorar. 

jueves, 1 de septiembre de 2011

Vespa

Quiero subirte a una Vespa y que recorramos juntos via Venetto, con tu Nikon D 300 y mis ganas echar raíces en tu pecho siempre vivo y punzante. Quiero.