martes, 10 de enero de 2012

Antes de mis diez.

Nací en enero.
La calle en la que vivía era de adoquines.
El perro de mi infancia se llamaba Telémaco.
Me perdí buscando el final del arco iris dos veces. Pretendía robar el tesoro a los duendes.
Me perdí persiguiendo a la mariposa más grande que jamás haya visto.
Vi una película en la que ganaban "los malos" y no la pude entender.  Mi padre me explicó que dicho largometraje documentaba una historia real, y recuerdo como si fuese hoy que le pregunté por qué habría de ser buena si la bondad no me aseguraba la victoria.
Hice barcos de papel.
En el fondo de mi casa había un duraznero que trepaba a diario. He de admitir que nunca aprendí a bajarme del mismo por mis propios medios.
Escribí un poema sobre las estrellas y gané un concurso escolar con él.
Me propuse ser arqueóloga.
Tomaba clases de ballet.
Jugaba al ajedrez dos veces por semana.
Mi abuelo me regaló "El Principito" en mi quinto 12 de enero.
Una tía coleccionaba mis dibujos.
Mi peor pesadilla era ver el reflejo de otra persona en el espejo.
Jugaba al fútbol con mis vecinos, todos varones.
Me atravesé el pie con un clavo.
Tuve un hermano.
Me caí de un caballo al menos tres veces.
Me vino la menstruación.
Juré que jamás me casaría ni tendría hijos.
Me enamoré de la poesía. El primer poema que leí fue "Metamorfosis" de Luis Gonzaga Urbina.
Comenzó mi fascinación por el firmamento, más precisamente por la Luna.
Elegí una estrella - hasta el día de hoy la llamo "mi estrella". A saber, es la Epsilon de la Cruz del Sur.
Creía contactar extraterrestres. A los seis, estaba convencida de ser una de ellos.
Hacía competencias de imaginación con mi prima. En las mías siempre había un unicornio.
Descubrí que mi lugar en el mundo eran las rocas golpeadas por el océano.
Canté en público. Actué en público. Bailé en público.
Decidí no creer en dios, pero me sentía culpable al respecto, así que volví a ser creyente por si acaso.
A propósito, era fóbica a los crucifijos.
"... y el beso, que volaba tras la mano
rompiendo el aire, se volvió suspiro"

Todo eso, antes de mis diez.

De malhumores

Tengo que recrear el Universo cada mañana al levantarme.  Sepan disculpar si no estoy de buen humor.

Cada vez

Desde que te dejé te lloro a diario
desde que te odio, te extraño más
y desde ese día, cada vez más infeliz
aborrezco la sola idea de la estabilidad
pero mis ideas son cada vez más estables.

Teoría

Este pecho en el que ardes consume los versos que te dedico
y decae de a poco tu perfección endulzada, tu nombre empapado de proyectos estériles y cobardes

Sea o no cierto que te amo, me confunde tu pureza eterna
la magia de esos ojos que me miran y condenan, que me despiden y alumbran

Confiado del tiempo, te congela una prórroga que no puedo darte
un espacio maduro, una desidia repetida en cada encuentro forzado: tal vez sea cierto que te amo

Otra vez me fui de tu lado, y otra vez volveré un día de éstos
porque te prefiero indiferente a ausente, compartido a intocable, lejano a perdido.

Tal vez sí sea cierto que te amo.

Wash

Me alegra y elogia que me digas que te despierto, y no que te hago soñar. Verás, el sueño y la fantasía son conceptos alejados en la intención y en el sustento.