Justo ayer escribía sobre las pesadillas que tenía al fingir dormir con vos.
Justo ayer escribía e, ironía mediante, me quedé dormida.
Y volviste a mis pesadillas, a despertarme en la madrugada,
a desahuciarme, a quebrarme, a romperme, a usarme y olvidarme,
a matarme.
Volviste a no volver, a no aparecer, a callar, a mirar para otro lado.
Volviste a mis pesadillas, que se parecen demasiado a mis recuerdos.
Volveré yo entonces a fingir dormir.
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