Quiero creer que en algún
lugar existen versiones diferentes de vos y de mí. Versiones completas,
sensatas, valientes.
Nos quitamos las caretas y nos lavamos las manos ¿por qué? ¿para qué? ¿para reivindicarnos o para negarnos?
Quiero creer que seguimos siendo semillas, y que moriremos siéndolo. Que tanto da octubre como enero. Que si ésto fuese París o New York, nosotros seríamos los mismos.
Nos quitamos las caretas y nos lavamos las manos ¿por qué? ¿para qué? ¿para reivindicarnos o para negarnos?
Quiero creer que seguimos siendo semillas, y que moriremos siéndolo. Que tanto da octubre como enero. Que si ésto fuese París o New York, nosotros seríamos los mismos.
Soy culpable. Culpable de
haberte dado el Sol cuando sólo me pediste que abriese la ventana. De haberte
dado un río cuando sólo me pediste un vaso de agua. De haberte dado un lecho
cuando sólo me pediste cama.
Vos, que renaces en los inviernos, llegas a mí arrastrando una furia que no agrede, que no me ataca. Soy ya inmune a tu amor, a tu amargura, a tus palabras.
Somos pobres de espíritu. Yo tan todo y vos tan nada. O al revés, no importa. Aquella entelequia nuestra fue puente, pero también fue muralla. Fuimos como aves, pero sin alas.
Vos, que renaces en los inviernos, llegas a mí arrastrando una furia que no agrede, que no me ataca. Soy ya inmune a tu amor, a tu amargura, a tus palabras.
Somos pobres de espíritu. Yo tan todo y vos tan nada. O al revés, no importa. Aquella entelequia nuestra fue puente, pero también fue muralla. Fuimos como aves, pero sin alas.
Quiero creer que tu boca
algún día sabrá rebelarse y podrá por fin besar. Que tus manos sostendrán
flores e hijos, y no un puñal. Que no oscilarás más entre tumbas y trincheras.
Que morirás tan libre como naciste. Tan puro, tan fuerte y tan semilla.
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