Bendigo a los riesgos, a los lutos, a los saltos mortales
a las viñetas del desamor a cuestas
a los daños colaterales
Bendigo a las noches que te desnudan bajo el cielo
al cielo que te inunda de misterios
a los misterios que escondes con recelo
Bendigo a la locura que nos camufla entre el gentío
a nuestras mañas y pecados capitales
al deseo que nos mata en fieras guerras carnales
Bendigo a mi alma que se extiende y te toca
a los circos de principios morales
a quien por amarte me confunda con loca
Bendigo a los amantes que fueron en vano
con los que aprendí a amar de lejos
y a acariciarte el pelo, sin manos
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