Valió la pena el insulto de tu risa burlona; así como el vientre trémulo que me regalaste
las hojas secas de un otoño oculto a terceros; el secreto que guardan las puertas entreabiertas
pero era de tarde y había viento; y de aquello que fuimos y tuvimos
hoy somos y tenemos cada día menos
¿Qué han dicho los espías, testigos y cómplices del frío de abril?
¿Qué reja malintencionada me lleva a tu nombre?
¿Qué hambre maligno me hace desearte, llamarte y volverme hacia vos?
Infinito resumido en el tríptico de nosotros, yo y los otros
El mañana y el ayer carecen de ahora; pero el ahora carece de vida y sentido
Vos ganaste sin derrotarme; y es lo justo, por haber tratado al amor como a una simple batalla.
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