sábado, 6 de abril de 2013

Triunvirato

El deseo no ha muerto, pero el amor yace dos metros bajo tierra
aquello a carne viva que ya no es pero que era
nos llama, acongoja y tienta
¡libres eran los de antes, los de entonces!
pero nosotros... nosotros somos los de siempre
los de siempre y más que nunca.

Del Tiempo.

Y los días pasaron así, como un capricho ínfimo de un ser intangible e irreal, y nosotros, ni puros ni castos, nos rendimos a los días, a los meses y a los años; y siendo libres, quisimos ser esclavos.